CUÁNTO HA CAMBIADO.
La fuerza de la que hoy goza el Camino de Santiago no ha estado siempre tan presente. Y es que, como todo en esta vida, la ruta jacobea ha experimentado numerosos cambios a lo largo de la Historia, especialmente en los últimos años.
Se estima que los verdaderos orígenes del culto a Santiago tuvieron lugar en el año 812, o bien entre los años 820-830 cuando se hallaron las reliquias que se atribuían al Apóstol Santiago. A partir del siglo IX y hasta el siglo XI el número de peregrinos fue aumentando de forma considerable gracias a los contactos culturales entre las naciones europeas. Tras el siglo XIV, sin embargo, debido a los problemas sociales de la época, se fue perdiendo el interés por la ruta hasta que cayó prácticamente en el olvido. Hasta que resurgió con toda la fuerza.
El primer paso para su fuerte reaparición en escena fue la determinación de señalizar el Camino en 1962. Pero no fue hasta 1993, que el gobierno autónomo gallego decidió potenciar su innegable valor turístico destinando importantes recursos para ello. Lo que se conoció como el Xacobeo 93 se convirtió en la verdadera catapulta a la popularidad del Camino de Santiago. Un punto de inflexión que forjó importantes colaboraciones entre las comunidades autónomas y permitió extender la peregrinación a nivel nacional e internacional.
Desde entonces, el número de alojamientos se ha multiplicado así como la calidad y cantidad de los servicios que ofrecen y la índole de las motivaciones para vivir esta aventura se ha diversificado de forma notable. Ya no se trata solo de la iniciativa religiosa y la fe de los primeros tiempos sino,en muchos casos, razones espirituales, personales o de puro placer las que llevan a dar el primer paso en la ruta jacobea. Aunque todas ellas, independientemente de su naturaleza, conducen a un profundo viaje interior.
¿Estás preparad@?
Fuente: cuatrocantones.
