SU MAGIA.
Zapatos de monte adulto y niños
Lanzarse a la aventura del Camino de Santiago con niños no tiene por qué ser una experiencia agotadora ni estresante. Bien es cierto que los más pequeños no pueden mantener el ritmo de los adultos pero, siguiendo ciertas prácticas todo acaba resultando mucho más fácil de lo esperado.
Una de las primeras recomendaciones es integrar la naturaleza en su vida desde el inicio. Aunque resulte intimidante al principio, llevarlos a hacer rutas cortas les ayudará a apreciar el senderismo y sus fundamentos siendo muy jóvenes lo que les aportará una experiencia muy valiosa de cara al futuro.
A la hora de elegir los accesorios, es conveniente utilizar siempre mochilas portabebés adecuadas a cada edad y practicar con ellas antes de realizar las primeras salidas. De esta forma, será más fácil identificar con antelación posibles molestias o incomodidades y ponerles remedio a tiempo. Si los niños son suficientemente mayores, es importante que lleven su propio equipaje para sentirse integrados en la experiencia como uno más.
Durante el trayecto, la paciencia resultará una gran aliada. No hay que olvidar que será necesario realizar más paradas de las programadas, se caminará más lento y habrá un sinfín de distracciones. A todo ello se añaden las clásicas emergencias para las que siempre hay que tener preparado un botiquín de primeros auxilios. Son comunes los resbalones, caídas, rozaduras…
Por supuesto, ser precavido será otra de las premisas básicas ya que conviene asegurarse de que se cuenta con todo el material necesario para la atención de los pequeños: desde pañales y biberones hasta aperitivos y meriendas, agua y juguetes. A partir de ahí, la constante vigilancia y los descansos formarán parte intrínseca del recorrido pero también el descubrimiento de un sinfín de realidades que pasan absolutamente desapercibidas para los adultos. Y es que con niños siempre hay magia alrededor.
Y para retomar energías, comer y reposar en un entorno envidiable, siempre podéis pasar por HOSTAL GAU TXORI. Menús tradicionales, habitaciones con baño individual y toda una explosión de naturaleza.
