TU MOCHILA.

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La web está colmada de consejos y recomendaciones para preparar adecuadamente la mochila que acompañará al peregrino en su camino a Santiago. A veces incluso resulta difícil aunar criterios entre tanta información por lo que, en este artículo, nos centraremos únicamente en los criterios básicos que deben tenerse en cuenta en lugar de realizar un listado de objetos. Preparar la mente es el primer paso.

QUÉ LLEVAR.

Qué llevar depende de la  época del año en la que se va a caminar ya que hacerlo en invierno o en verano cambiará notablemente el tipo de artículos que se deberán incluir en la mochila. Cada estación tiene sus ventajas pero también sus exigencias. En períodos de temperaturas altas  habrá que madrugar para evitar las horas de sol más intensas y contar con un buen par de gafas de sol y crema de protección solar. En los meses de frío y viento, los guantes, gorros y bufandas serán imprescindibles. Si bien es cierto que cada persona elegirá un período u otro en función de lo que su agenda le permita, conviene saber que la meteorología en el Camino de Santiago siempre es un factor crucial. De ahí que los peregrinos más veteranos recomienden una solución intermedia, entre las apreturas del calor y las inclemencias temporales, que es la Primavera. Y esto, por ejemplo,  permitirá retirar de la mochila prendas de abrigo pesadas lo cual ayudará a aligerar  el viaje.

CUÁNTO LLEVAR.

El factor clave es que cuanto menos peso se lleve mejor será pero…¿cómo saber si es poco o mucho? Algunos indican que el cómputo total de kgs que pueden soportarse en el trayecto se realiza calculando el equivalente a un 10% del propio peso corporal.  Sin embargo, la capacidad de resistencia, la musculatura y condiciones físicas de cada uno son elementos que pueden hacer que una misma carga en dos personas que pesen lo mismo sea insoportable en un caso o muy gestionable en otro.  Entonces, ¿cuál es la solución? Retirar cualquier cosa que se pretenda meter en la mochila para «por si acaso».  El Camino de Santiago, al fin y al cabo,  no es una expedición a Marte en la que la supervivencia está en juego. Más bien es un viaje que conduce al peregrino a través de pueblos y pequeñas ciudades donde podrá abastecerse de todo. Los albergues tienen cajas repletas de ropa y demás objetos de esos «por si surge» que los caminantes han ido dejando por el camino al resultar totalmente  prescindibles.

CÓMO LLEVARLO.

Ya hablaremos de qué objetos es necesario incluir en la lista de equipaje según cuándo se realice el Camino, pero lo que sí es absolutamente indispensable es viajar bien equipados. Es decir, ropa cómoda (a ser posible sin costuras para que no irriten la piel de la espalda con el peso de la mochila) y calzado apropiado (incluidos unos buenos calcetines). La elección dependerá, entre otras cosas, del recorrido que se pretenda realizar ya que no es lo mismo una zona de mucho calor (para lo que se recomiendan zapatillas de trecking) que otra muy húmeda (para lo que se aconsejan botas). El material más indicado es siempre el goretex para asegurar que los pies se mantienen secos. Y tampoco hay que olvidar incorporar un objeto reflectante (chaleco, brazalete o cualquier otro elemento luminoso) y una bandolera con los cuatro objetos básicos que podemos necesitar en cualquier momento.

Entraremos en detalle en la relación de artículos necesarios para el Camino en otro artículo. Pero esperamos que, sobre todo los que se plantean embarcarse en esta aventura por primera vez, tengan ahora una idea más clara de qué supone preparar esta mochila…Y es que no es una cualquiera. Es la compañera de viaje que custodiará todos y cada uno de los pasos peregrinos hacia Santiago de Compostela.

Fuente: vivecamino/caminodesantiago/jacobeoinfo
Imagen: Pixabay
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